En nuestra sociedad aún se acostumbra que al niño se le vista de color celeste y a la niña de rosado. A las niñas se les identifica con juguetes como muñecas y a los niños con carritos o pelotas. Aún hay una diferencia a enseñarles a las jovencitas los "oficios de casa" y al niño a que actúe más libremente en actividades fuera del hogar.
Pero estas son formas tradicionales de asignarle a los niños los roles, es decir, papeles sociales, dependiendo del género al cual el niño pertenezca. Es necesario aclarar aquí que esta designación tradicional de roles está cambiando poco a poco. De tal manera que ahora los niños también ayudan a los oficios domésticos, y también las niñas juegan con pelotas y carritos.
Se pueden notar claramente, las características anatómicas de los órganos sexuales es fundamental para la lenta incorporación del individuo en la sociedad, una incorporación que se inicia en la familia. Y es precisamente por eso que se vuelve de vital en la familia. Y es precisamente por eso que se vuelve de vital importancia entender los aspectos que conforman la sexualidad humana.
Sexualidad
Para poder entender de manera apropiada la sexualidad se debe acudir a su concepto más simple: sexo.
El sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos de una especie dividiéndolos en masculinos y femeninos, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética.
Género y cultura
Este término (género) fue utilizado por primera vez en 1975 por la antropóloga Gayle S.Rubin (1949), en el ensayo titulado "El tráfico de mujeres: nota sobre la economía política del sexo".
Cuando usamos el vocablo GÉNERO, estamos haciendo referencia a los factores que determinan el comportamiento, el desempeño social, la conducta, la MANERA DE SER de un hombre y de una mujer. De esta manera el GÉNERO diferencia a los seres humanos en tipos femeninos y masculinos.
La importancia del concepto de género radica en hacer visible el supuesto ideológico que equipara las diferencias biológicas con la adscripción a determinados roles sociales. El concepto nació, precisamente, para poner de manifiesto una relación desigual entre los géneros (mujeres y hombres, entendidos como sujetos sociales y no como seres biológicos). Así surgieron los Estudios de Género que cuentan con una corta, pero intensa trayectoria como disciplina tanto en España como fuera de ella y que, si bien se han centrado en el papel social que se le ha atribuido y se le atribuye a las mujeres -dado que partieron del ámbito feminista-, ahora empiezan también a centrarse en el estudio del papel de los hombres como género. Afortunadamente, muchos hombres comienzan a estar interesados en desmontar la visión androcéntrica -por parcial, incompleta e injusta- que ha dominado todas las disciplinas humanas desde sus inicios hasta nuestros días: desde la filosofía y la historia, pasando por el arte, la literatura, la lingüística, la política, el derecho, la sociología, la psicología, la ciencia, etc. y, cómo no, los estudios culturales; y que ha impregnado el pasado y el presente del pensamiento “objetivo” y “subjetivo” de las personas y de las sociedades. De esta forma, en los últimos años han proliferado las publicaciones de temática cultural a las que se aplica una perspectiva de género.
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