Las reacciones que tengamos ante
los conflictos van a a depender de la naturaleza misma del conflicto. Es decir,
si el conflicto es de naturaleza negativa, las reacciones y el subsecuente
resultado tenderán a ser negativos. Pero si el conflicto es de naturaleza
positiva, entonces las reacciones y sus subsecuentes efectos tenderán a ser
positivas e incluso deseables.
Si el conflicto es de carácter
intergrupal puede llevar a verdaderas batallas campales que pueden iniciarse
con ataques verbales y llegar a terminar en acciones físicas peligrosas, hasta
poner en peligro la vida de las personas que conforman los grupos en conflicto.
Agrupaciones musicales, como por ejemplo
The Beatles, el famoso grupo musical inglés que revolucionó la música rock,
terminan en enemistades por no poder resolver conflictos entre ellos se
suscitaron.
Lo lógico sería que, por salud mental,
cada vez que se presente un conflicto, se debería encarar y resolver lo más
pronto posible, para evitar que se convirtiera en crisis.
Los salvadoreños Joaquín Samayoa y José
Luís Guzmán, a quienes ya se han citado en páginas anteriores, en
"Resolución de conflictos" (1996), plantean las siguientes reacciones
ante los conflictos:
1. Competición: Forma reacción que implica
una gran preocupación por los deseos de sí mismo y no por los de otro.
2. Acomodación: Reacción de adaptación a
los intereses del otro. Uno no se preocupa por lo suyo y sólo busca satisfacer
los deseos del otro.
3. Evasión: Reacción que consiste
generalmente en ignorar el conflicto o negarse a reconocerlo.
4. Convenio/negociación: Es una forma de
"compartir" entre las partes en disputa. La negociación requiere de
que "para que cada uno de nosotros pueda ganar algo, cada uno debe también
perder algo" pérdida considerada entonces como necesaria.
5. Colaboración: Se basa en la creencia
de que es posible conseguir lo que uno desea y, a la vez, satisfacer los
intereses del otro.
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